La dermatitis podríamos considerarla como un eslabón superior a la pitiriasis, un nivel superior de desequilibrio del cuero cabelludo, caracterizada por una inflamación. La inflamación es una reacción del organismo contra un agente irritante o infeccioso. Se caracteriza por cuatro síntomas: rubor, tumor, calor y dolor.

El rubor es un enrojecimiento de la zona afectada.

El tumor es un aumento de volumen, un bulto o hinchazón de la piel.

El calor es una forma de energía cinética que se aprecia por el sentido térmico.

El dolor es una impresión penosa experimentada en la zona afectada y transmitida al cerebro por los nervios sensitivos.

La dermatitis es un término amplio que cubre una gran cantidad de afecciones de la piel. Entre la extensa lista de dermatitis que existen, reseñamos a las que se consideran que tienen más presencia en los salones de peluquería: la dermatitis seborreica y dermatitis de contacto.

La dermatitis seborreica es una afección de la piel caracterizada por una inflamación enrojecida y descamada, localizada en zonas de mayor concentración de glándulas sebáceas, como son el cuero cabelludo, la cara y la parte superior del tronco. Es una afección muy frecuente, entre un 2 y un 5 % de la población la sufren, manifestándose con mayor asiduidad en varones que en mujeres. Puede presentar distintos grados de inflamación, descamación, también es frecuente encontrar áreas costrosas y tapones córneos.

El origen de la dermatitis seborreica se relaciona, principalmente, con la secreción sebácea, la presencia de microorganismos y factores inmunológicos. Como ya indicábamos, la dermatitis seborreica se localiza en zonas donde las glándulas sebáceas son más abundantes, lo que indica que, aunque el sebo no sea un factor determinante, sí parece tener una relación causa efecto con la aparición de la dermatitis.

La posible modificación de la composición del sebo facilitaría el desarrollo de microorganismos, especialmente del Malasseszia fúrfur. Los estudios realizados corroboran que la presencia aumentada del Malasseszia fúrfur es fundamental para el proceso de la dermatitis seborreica. Este hongo es un residente habitual de la superficie cutánea que, ante determinadas condiciones, altera su carácter saprófito para convertirse en parásito o patógeno. En la escalada de los procesos descamativos, Este hongo desempeña un papel importantísimo.

Existen otros factores que también desempeñan un importante papel en el desarrollo y agudización de la dermatitis seborreica: factores neurológicos o psicológicos; la depresión o el estrés inciden, de forma clara, el avance de la dermatosis; la baja humedad y los cambios de estaciones, principalmente el otoño y el invierno agravan la situación, así como factores hereditarios, carencias nutricionales o la ingesta de tóxicos (alcohol, tabaco, grasas, café, drogas, etc.).

Cuando la lesión se centra en el cuero cabelludo se pueden advertir diversos grados de afectación que van desde una ligera descamación con eritema muy suave, semejante a la pitiriasis simple, a un eritema con escamas pegajosas, de aspecto grasiento y mayor tamaño que la pitiriasis, acompañado en ocasiones de un picor muy violento (pruriginoso).

En un estado más avanzado, debido al rascado frecuente al que incita está desagradable situación, se puede producir una sobreinfección que se manifiesta en la formación de costras que pueden extenderse por todo el cuero cabelludo.

La dermatitis seborreica localizada en el cuero cabelludo suele traspasar la línea de implantación del cabello y extenderse a la zona frontal, centro facial y a las zonas posteriores del pabellón auditivo.

Tiene una gran tendencia a la cronicidad y a la reaparición de los síntomas después de remitir. No es contagiosa y persiste durante décadas con ligeros períodos de mejoría, generalmente, en verano.