Este proceso acelerado de descamación es anormal, pero no contagioso, ni por proximidad ni por contacto.
Aún así, es importante tener en cuenta que un proceso descamativo suele conllevar la existencia de microorganismos (hongos), que provocan irritación y picor. Y, aunque no está demostrado que se contagie, puede ocurrir que alguien comparta los mismos utensilios de peinado o toallas con una persona afectada y, al contactar con estos peines, los hongos pueden instalarse con mayor facilidad. También puede ocurrir que la persona que sufra la caspa tenga asociada otra enfermedad descamativa e infecciosa del cuero cabelludo que sí tenga carácter contagioso.
En cualquier caso, es aconsejable y conveniente no compartir los cepillos ni los peines con otras personas y mantener una adecuada higiene capilar para evitar posibles sorpresas.
