El cabello no crece constantemente. Su crecimiento está relacionado con la actividad cíclica del folículo donde se crea. Cada folículo tiene sus particularidades, su ritmo de crecimiento y de actividad, que lo hace único y diferente de los que lo rodean.

Dependiendo de la zona del cuero cabelludo, el crecimiento del cabello puede durar más o menos. En la zona frontal y del parietal superior, donde se produce el mayor desgaste y un menor flujo sanguíneo, el crecimiento dura de dos a tres años; a medida que descendemos a la franja inferior de los parietales, este puede durar hasta cuatro años, y en la franja del occipital puede llegar a durar entre seis y siete años.

Mientras el crecimiento es continuo crece entre 0.35 mm y 0.45 mm diarios , y aproximadamente 1.5 cm al mes; su ritmo es desigual; rápido al comienzo, la velocidad disminuye cuando tiene más de 20 cm.

El hombre y la mujer tienen el mismo número de folículos, pero el ritmo y la zona de crecimiento del cabello varían de un sexo al otro. En el hombre, el crecimiento del cabello es ligeramente más rápido que la mujer, pero el de ella suele ser más grueso y su línea de implantación frontal es anterior.

El grosor del cabello depende del tamaño del bulbo y oscila entre 0.025 mm y 0.1 mm el grueso. Aumenta en los primeros años de vida y va disminuyendo con el paso del tiempo. Cuanto más fino es el cabello, más numerosa es su presencia en la cabellera.

El cabello crece preferentemente por las noches, mientras descansamos. En posición de reposo, estirados, el flujo sanguíneo tiene mejores condiciones para hacer llegar los nutrientes necesarios al cuero cabelludo. Además, la actividad general del organismo desciende durante el descanso y la energía sobrante puede se utilizada en la reparación y constitución de otras estructuras, en principio «menos vitales»

 

Preguntas y repuestas. Trino Miravete

 

 

Dedicatoria a Peluquería Olympia. Autor Wenley Montoya

Dedicatoria a Peluquería Olympia en Castellón.                    Autor Wenley Montoya. PELUQUERÍA Ayer, pantalón corto. Mi padre y yo por la calle mano a mano, y el local de objetos luminosos aguardando nuestros pasos. Alquimia de frascos misteriosos, aromas dulzones...